Siendo parte de un círculo de escritores que se reúnen e intercambian ideas a través de un grupo de Facebook - hoy en día todo se hace a través de las redes sociales - lancé a otros la idea de inventar una historia o un poema inspirado en una escultura de Leonardo Longhi. Dicho y hecho, en muy poco tiempo los convocados respondieron y, en un dos por tres, creamos este pequeño y hermoso volumen. ¿Un desafío? Sí, un muy buen desafío. Leonardo nos desafió a pasar de las imágenes a las palabras. ¿Quién ganó el desafío: el escultor o los autores? Diría que ambos. Intenten también ustedes a leer las palabras, teniendo en cuenta las imágenes, y verán que las imágenes y las palabras ya no parecerán ser opuestas, sino complementarias.
Para decirlo como Oscar Sartarelli, ya no son lobo y ciervo, sino dos almas en un cuerpo solo.
Lo que encontramos en las tallas de madera de Leonardo Longhi y en los escritos de los autores que participaron es una sola entidad: el hombre. En sus diversas facetas, pero siempre hombre.